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lunes, 14 de diciembre de 2015

Alejo Carpentier sobre Le Corbusier, 1932

Entre catedrales, Cádiz, Alberto Campo Baeza
(…) Las residencias particulares planeadas por Le Corbusier o sus discípulos, que he podido visitar, me han encantado siempre por su paz y el sosiego que su gran sobriedad sabe comunicar al espíritu. Nada de decoración interior, estucos, grecas, ni motivitos de adorno pintados en serie. Nada de papeles en las habitaciones. Grandes testeros en tonos planos, sobre los cuales la luz misma se encarga de poner volúmenes armoniosos, ángulos claros o zonas de sombra. Y, por los anchos ventanales sin barandas, el jardín con sus flores y árboles, que parece una prolongación de la casa. Una residencia así destruye de antemano toda posibilidad de colgar cuadros cursis, de poner muebles Luis XV, o de conservar vitrinas con trastos añejos y miniaturas románticas. El propietario se ve casi impelido, aún cuando sea enemigo de la sobriedad, a no utilizar sino muebles sencillos, de líneas escuetas, en madera o metal, sin más ornamento que el de la materia misma en que están construidos.
Entonces, el comedor se hace verdadero comedor, el dormitorio no puede ser sino dormitorio, y el salón, huérfano de pomposos anhelos burgueses, se hace un living room lleno de encanto, en que las conversaciones mismas adquieren el carácter cordial e íntimo que jamás tendrán en una de esas estancias llenas de objetos sentimentales, falsos lienzos del pasado, mesitas inútiles butacones incómodos y patinados por el tiempo, que tienden siempre a transformar la vivienda en un museo sin prestigio.
La casa, máquina inmóvil, edificada para que el hombre viva cómodamente en ella, se hace aliada del ser humano, y no su enemiga tiránica. Hecha para el hombre, no exige hombres nacidos a su medida … ¡Pensar que para poner en práctica un razonamiento tan sencillo, hemos tenido que aguardar, durante siglos, la llegada de un Le Corbusier!…
Gracias a él, nuestra era posee su arquitectura propia, destinada a perdurar, ya que sus virtudes máximas son la lógica y la verdad.
 
 
 
 
Alejo Carpentier, Social, vol. 17, nº10,  octubre de 1932.
Extractado de “Crónicas” volumen 1, Editorial Letras Cubanas. 1985





Fuente:https://sembrareneldesierto.wordpress.com/2015/02/24/reflexiones-sobre-la-arquitectura-moderna/

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