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miércoles, 10 de julio de 2013

UMORES BUENOS - Texto curatorial

umores buenos
texto curatorial

 
 

umores buenos ahonda en lo profundo del ser. Una superficie rugosa, no plana, con distintas lecturas, donde podemos comprender el valor de la profundidad. Combinaciones de elementos vitales que acumulan ambivalencias de partes que le otorgan a los "umores" un ritmo de cuerpo entero.
Sumergirnos en la materia es encontrarnos con capas de sueños, que están bajo la dependencia de los cuatro elementos fundamentales: el agua, el fuego, el aire y la tierra. Materiales que en la filosofía antigua se veían como principios formales y que podían transformar las distintas expresiones del temperamento orgánico. Hoy las redescubrimos en su combinación. Nos dejan comprender la vida desde lo íntimo y visceral; capas de "humores o umores", temperamentos como expresión del ser en su constante fluir como parte de la naturaleza.

 


 
Umores es la suma de impresiones singulares, huellas de nuestros sueños, imágenes materiales, que nacen de la carne y de los órganos para producir una obra.
 
Es el caso de la artista Anabella Rognoni en “Disecciones”, extractos de posibles fluidos, que inevitablemente remiten a la interioridad del cuerpo humano.
 
En esta línea, Fernanda Castelo con “Destellantes” expone fragmentos de imágenes que se transforman en un relato que modifica su estructura de acuerdo a la interacción del público.
La vida es crecimiento, el ser se transforma, lo real se nutre de lo irreal como expresa Bruno Rota en “Arqueología imaginaria”. Su mirada a un pasado hecho presente alude a un imaginario infantil. Como una vida lejana u oculta en la profundidad de la memoria.
 
En "Déja vu" Cecilia Catalin, nos invita a transitar la escalera estimulando la memoria a través de una experiencia sensorial.
La complejidad y la fragilidad traducidas en poesía conviven en la obra “Pulso vital” de Elisa Dall´Occhio que se expresan en su materialidad.
 
El tiempo que fluye como elemento vital se conceptualiza en “maquinita en un punto [13]”.
El agua como materia, como sueño, como palabra poética y real se vuelve lenguaje continuo en la obra del colectivo metaphorarq.

Un soporte de imágenes donde cada artista desnuda el temperamento descubierto, lo vivaz, la materia que renace, cambia, señala, marca con su signo imborrables huellas que nos harán penetrar en nuestros propios sueños.

¿Existe realmente un estado de umor bueno permanente, o somos parte de este fluir que cambia constantemente?                                                                               

colectivo metaphorarq, julio 2013.

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