“Venecia es un ejemplo de
la fuerza de la voluntad humana con ética y visión de futuro.
La laguna veneciana es inadecuada para construir una ciudad. Se hizo por necesidad: surgía un comercio pujante, la navegación por el África mediterránea, las especias, el mundo se expandía porque comenzaban a visitarse todos sus rincones a través de la navegación, del viento, de la astronomía. Dejar las mercancías en el corazón de Europa era entonces mucho más interesante que en el sur, en la punta de Italia, por ejemplo, ya que eso supondría tener que cargarlo todo a lomos de mulas y atravesar…”
“Por tanto, ese puerto
continental tenía que ser hecho a pesar de las adversidades. El inadecuado
lodazal se transformó en un conjunto de territorios consolidados con canales
por los que fluye la marea, lo que implica tener en cuenta la mecánica de
fluidos, clavar estacas del mejor material, troncos de ébano traídos del
Líbano, de la antigua Fenicia. Todo ello hace que la aventura del hombre en el
planeta se haga visible de un modo bellísimo en esa ciudad espectacular,
monumental.”
“Es un razonamiento de Palladio: en la antigüedad, la ciudad se hacía de monumentos, pero con la riqueza de una burguesía incipiente se percibe la monumentalidad de la ciudad en sí. Por tanto, configurar el territorio me parece el primer riesgo de la arquitectura, la primera imagen, la imagen fundamental para una visión de la arquitectura.
[...] La arquitectura no
puede servir, y menos aún en el caso de América, como prebenda, como una
demanda de construcción de bellos edificios aislados, implantados en el terreno
sin más ni más, sino que implica la reconfiguración del territorio como una
reflexión americana frente a la cultura clásica europea.”