“No me tomo muy en serio, cada mañana me despierto tonto y me queda todo el día para cambiar” Le Corbusier, Jacques Barzac, 1985
“La familia directa, padre y madre influyen en forma decisiva sobre mucha gente. Para mí fue importante, ya que mi familia era muy armoniosa, simple, digna y nada burguesa.”
“Mi madre se dedicaba a la música seriamente, profesionalmente; mi padre estaba abocado a una profesión condenada a desaparecer: en la capital del reloj, La Chaux-de- Fonds, Suiza, donde nací, fabricaba cuadrantes de esmalte blanco, una de las artesanías más difíciles. Mi padre la ejerció con todas sus dificultades que yo intuía en forma directa o indirecta. Nunca quise hacer ese trabajo, y mi padre tampoco me lo propuso”.
“Mi hermano estaba destinado a la música: violinista desde los ocho años, un concierto a los once. La familia se concentró en él mientras yo callejeaba con mis amigos y seguía mi propio camino. Dejé la escuela a los 13 años. Tenía la manía del dibujo, entonces ingresé en una escuela de arte. Pero el primer día al volver a casa dije: ‘Me hacen grabar estuches de reloj’ y mi padre me dijo: ‘Más vale eso que nada’. Pero no me gustó, no quería tallar relojes para Sudamérica.”
“Un maestro estupendo se interesó por mí, se llamaba L’Epplatenier.
Un día me dijo: ‘Harás otra cosa, serás arquitecto’.
Y yo le dije: ‘¡Que calamidad! Odio ese trabajo’.
Pensaba en las casas que se hacían en mi ciudad, muy feas. Un día en mi escuela, había uno que quería construirse una casa, entonces le propuse hacérsela. El me dijo que yo no era arquitecto, a lo que yo le contesté:
‘No, pero puedo probar, es lo mismo hacer una casa que otras cosas’.
Entonces le hice unos planos. Y quedó asombrado, lo convencí.
“Me encargó su casa, y tuve mis primeros problemas graves con la opinión pública, que nunca cesaron.”
“Pude manejar piedras, ladrillos, y me interesé en los materiales, en su valor específico, en que construir es emplear materiales, respetar las leyes de la resistencia, inventar medios para vencer la resistencia. Y entonces me hice arquitecto, como se debe, para con Dios quizás, no oficialmente.”
“Me instalé en Francia, y comencé a trabajar como administrador delegado para asuntos técnicos. Tenía una fábrica, dirigía fabricaciones. Entonces, por casualidad, empecé a ocuparme del Arte (con A mayúscula) gracias a una amistad que duró poco con Ozenfant, quien me dijo: ‘Tienes una sensibilidad de artista’. Profetizó que durante 40 años no construiríamos, pero nos ocuparíamos de la pintura. Yo quería ocuparme del arte y acepté.”
“Trabajábamos de tarde y de noche, no había otra posibilidad. El sábado y el domingo pintaba hasta las 20. Pinté mi primer cuadro: “La chimenea”, un cuadro decisivo, pintado como una tabla de puerta, impecable, liso…”
“En 1918 fundé y dirigí, con Ozenfant y Dermée, la revista ‘L’Esprit Nouveau’. A último momento mirando las galeradas del número 1, Ozenfant me dijo: ‘Hay que incluir algo de arquitectura’. Entonces el sábado por la noche, hice algo. Había que entregar el texto el lunes. Escribí ‘Tres consejos para arquitectos’, y dije, ‘no los firmo Jeanneret, mi apellido, sino Le Corbusier’, y así nació el maldito Le Corbusier, con ese artículo. Este y los siguientes hicieron mucho ruido.”
- “Hay un nuevo espíritu, un espíritu constructivo, de síntesis, con una concepción clara. Hay muchas obras del nuevo espíritu, sobre todo en la producción industrial.”
- “Los grandes problemas de la construcción moderna serán resueltos por la geometría. El ingeniero, inspirado por la ley de economía y conducido por el cálculo nos pone de acuerdo con el universo, logra la armonía. La arquitectura es el juego inteligente y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz.”
“Los tres consejos a los arquitectos, el plano, el volumen, la superficie, provocaron enojo en la profesión, me juzgaron grosero, pero yo recordaba algo fundamental.”
“Ese artículo fue una bomba, llegaron cartas, visitas de todo el mundo, a ver a Le Corbusier. A veces me costaba creer que ése era yo.”
“En 1922 hice una casa para una pareja que había leído mis artículos. No eran muy ricos, querían la casa en Vaucresson. Eran muy amables. Hace poco recibí una carta con letra titubeante: ‘Soy la Sra. Besnus, tengo 94 años, usted construyó para mi su primera casa. Oí hablar de usted por la radio, quería saludarlo.’”
“Fue muy difícil esa casita, sobre todo la ventana del baño, que no se armonizaba con las otras. Recuerdo que una noche íbamos al Cirque d’Hiver y de golpe en el ascensor dije ‘¡Se me ocurrió algo!’ Esa ventana era fundamental, no tenía que desentonar, la hice respetando la unidad del conjunto.”
Palabra de Corbu, transcripción del Film de Jacques Barzac de 1985.
Portal de Arquitectura, Urbanismo, Arte y Diseño
Cite: “Palabra de Corbu 2, Tecnne” http://goo.gl/iSyWY
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