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jueves, 25 de febrero de 2016

miércoles, 24 de febrero de 2016

Leon Battista Alberti' s device

A device invented by Leon Battista Alberti. The definitor or finitorium is a flat disc inscribed with degrees joined to a movable arm, also inscribed with measurements; from the end hangs a weighted line. By rotating the arm and raising or lowering the plumb line, it is technically possible to map every point on the statue in three-dimensional space relative to its central axis

Un dispositivo inventado por Leon Battista Alberti. La definición o finitorium es un disco plano con inscripciones de grados unido a un brazo móvil, también con inscripciones de las mediciones; desde el extremo cuelga una plomada. Al girar el brazo y subiendo o bajando la línea de plomada, es técnicamente posible mapear cada punto de la estatua en el espacio tridimensional con respecto a su eje central


lunes, 22 de febrero de 2016

A puertas cerradas - Notre Dame



Las puertas de la catedral de Notre Dame, protegidas por sacos de arena durante la guerra, París

martes, 16 de febrero de 2016

Las nuevas Babilonias



http://www.museoreinasofia.es/actividades/nuevas-babilonias?utm_content=bufferd6f7d&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

viernes, 5 de febrero de 2016

Más En Construcción . Opera House






Sydney Opera House under construction, April 1966 (It was completed in 1973). Robert Baudin for Hornibrook Ltd. Courtesy Australian Air Photos

martes, 2 de febrero de 2016

Espacio fantasma



Francesco Borromini presumía de que su San Carlino era tan pequeño que cabía dentro de un pilar de San Pedro. Aunque en la comparación desde luego el tamaño no deja de sorprender, tanto o más lo hace la masa oscura e inabarcable planeada por Miguel Ángel.
Ese relleno negro se ha empleado a lo largo de la historia de la Arquitectura con profusión y se empezó a denominar "poché" en las antiguas escuelas beauxartianas del siglo XIX. Dicha expresión era empleada para referirse al espacio sólido representado con tinta, aguadas o rallados que indicaba una masa constructiva inaccesible.
Aunque el uso de ese relleno se extiende para señalar igualmente los espacios auxiliares, complementarios o indignos de ser reseñados, el mecanismo del poché pronto pasó a ser empleado para representar todo espacio invisible o indefinido. Es decir, el espacio fantasma.
Hoy el espacio poché está lejos de desaparecer. Aunque donde antes era pura masa, la técnica constructiva lo ha hecho innecesario, (salvo para la ingeniería y sus grandes logros). Del antiguo poché sólo queda para la arquitectura su empleo como signo gráfico de un universo de usos secundarios o de una masa invisitable. No obstante el espacio poche revela siempre una doble condición: la especial vibración de la materia encerrada en un contorno y el comportamiento específico de la mirada que allí se ve forzada a contemplar esas manchas como un fondo puro, insignificante y ciego, a pesar de su peso y protagonismo gráfico. Dicho de otro modo, el poche es una señal codificada y esquizofrénica, un signo excesivo y rotundo que sólo quiere significar lo insignificante.
A pesar del desprecio de la modernidad por esos rellenos, que han sido calificados como espacios “sobrantes” o “residuales”, lo cierto es que esos lugares permiten el conocimiento simultáneo de dos realidades. Son los encargados de las transiciones profundas de la arquitectura y de las complejas adecuaciones entre el interior y el exterior. Y la obra de San Carlino, sin ir más lejos, como la de todo el barroco, es ejemplo memorable de ello.
Es necesario que haya espacios malos para que pueda haberlos buenos. Louis I. Kahn, decía que en igual proporción.